miércoles, 9 de abril de 2008

Fuga (Historia de los Husares)


Sus Últimas Hazañas

Las desoladoras noticias llegaron a Santiago desde Cancha Rayada: la noche del jueves 19 de marzo de 1817 las fuerzas realistas destruyeron al ejército patriota. En la capital cundió la amargura, y familias enteras se aprontaron para iniciar el viaje a Mendoza a través de la cordillera, antes que el enemigo invadiera triunfante Santiago.
En reemplazo de Bernardo O'Higgins, que se encontraba en el sur al mando de las tropas, ejercía entonces el poder como Director Supremo Delegado Luis de la Cruz. Los vecinos fueron convocados a un Cabildo Abierto la mañana del 23 de marzo, cuatro días después de la derrota patriota. Allí, en esa agitada asamblea, habló Manuel Rodríguez. El Historiador Ricardo Latcham relata: "Me toca una tarea muy penosa, la de comunicar a mis conciudadanos los detalles del triste suceso de la noche del jueves 19. El ejército ha sido sorprendido y derrotado tan completamente que en ninguna parte se hallaban esa noche cien hombres reunidos alrededor de sus banderas. El orgulloso ejército en el que cifrábamos todas nuestras esperanzas, no existe ya. Se anuncia que el Director O'Higgins ha muerto después de la derrota y que el general San Martín, abatido y desesperado, no piensa más que en atravesar los Andes".
El informe resultó desolador. Algunos vecinos pedían cambio de gobierno y otros solicitaban que el mando se entregara a Rodríguez. En definitiva, se decidió que éste asumiera el cargo de Director Supremo Delegado junto a Cruz.
El Guerrillero supo devolver a los patriotas la fe y el optimismo perdidos luego del desastre de Cancha Rayada, animándolos mediante encendidas y vibrantes arengas y creando los Húsares de la Muerte.
Es famoso el discurso que lanzó en la Plaza de Santiago, cuando en forma enérgica habló a la multitud desalentada e inquieta. Con brillante oratoria, llamó a la defensa del territorio hasta las últimas fuerzas. La leyenda recuerda todavía aquella célebre frase con que el Guerrillero conmovió al gentió: "¡Aún tenemos Patria, ciudadanos...!"