En las tierras de Arauco se gestó uno de los pueblos más combativos y consecuentes de la historia. Hoy conocidos como mapuches y que se extendieron entre la quinta y la novena región subdivididas en grupos como lafkenches, williches, pehuenches y pikunches.
Vivían fraternalmente entre clanes, y sus costumbres se basaban en una estrecha relación con la tierra que los alimentaba, y les daba todo lo necesario para su desarrollo. Este panorama perduró durante mucho tiempo hasta que llegó el hombre blanco proveniente desde el “primer mundo”. Este pueblo tuvo que familiarizarse con la lucha, y si bien no era característica elemental de ellos, si sabían proceder cuando la situación lo ameritaba. Antes de los españoles fueron los incas con su vasto imperio quienes trataron de subyugarlos, pero su intenciones fueron diluidas ante un etnia que se armaba de valor ante situaciones límites.
Estos hombres son los primeros héroes de esta, hasta ese entonces, incipiente patria. Nombres de toquis y caciques como los de Caupolicán, Michimalongo o Michimalonco, Lautaro, Colocolo, Galvarino y muchos otros que unieron a los diferentes poblados de esa zona bajo una sola bandera, para enfrentar como un todo las injusticias del extranjero invasor.
Mucho tiempo ha pasado desde esos días, y estos nombres aparecen en los libros de historia mencionados con un dejo de reconocimiento. Quizás se deba, a que los libros de historia recopilados por hombres de esta etnia, están subvalorados y opacados por la historia oficial sectaria que nadie se atreve a cuestionarla.
En fin, estos nombres de toquis y caciques fueron caudillos de fe y esperanza para todo un pueblo que no se permitieron sucumbir y que nunca han renunciado a su libertad.
Vivían fraternalmente entre clanes, y sus costumbres se basaban en una estrecha relación con la tierra que los alimentaba, y les daba todo lo necesario para su desarrollo. Este panorama perduró durante mucho tiempo hasta que llegó el hombre blanco proveniente desde el “primer mundo”. Este pueblo tuvo que familiarizarse con la lucha, y si bien no era característica elemental de ellos, si sabían proceder cuando la situación lo ameritaba. Antes de los españoles fueron los incas con su vasto imperio quienes trataron de subyugarlos, pero su intenciones fueron diluidas ante un etnia que se armaba de valor ante situaciones límites.
Estos hombres son los primeros héroes de esta, hasta ese entonces, incipiente patria. Nombres de toquis y caciques como los de Caupolicán, Michimalongo o Michimalonco, Lautaro, Colocolo, Galvarino y muchos otros que unieron a los diferentes poblados de esa zona bajo una sola bandera, para enfrentar como un todo las injusticias del extranjero invasor.
Mucho tiempo ha pasado desde esos días, y estos nombres aparecen en los libros de historia mencionados con un dejo de reconocimiento. Quizás se deba, a que los libros de historia recopilados por hombres de esta etnia, están subvalorados y opacados por la historia oficial sectaria que nadie se atreve a cuestionarla.
En fin, estos nombres de toquis y caciques fueron caudillos de fe y esperanza para todo un pueblo que no se permitieron sucumbir y que nunca han renunciado a su libertad.
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