viernes, 28 de noviembre de 2008

viernes, 10 de octubre de 2008

Comics, héroes y política

Creo que la contingencia mundial imperante en estos momentos da para entrelazarla con una tribuna dedicada al espacio de los comics. Por un lado está la crisis financiera que es un excelente argumento para abordar. Desde ese punto podemos crear una madeja de historias pequeñas que se cohesionen para armar una idea a gran escala. También está la bullada elección que se avecina en Los Estados Unidos De Norteamérica con el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama. No sé porque debiese referirme a ellos en esta columna, pero pienso que es transversal a todo nuestro acontecer. No en vano, incluso se han elaborado comics que narran y muestran a grandes rasgos parte de sus vidas. Creo que independientemente de la postura política que una persona profese no debiésemos mirar estas tácticas de manera tan lejanas.
Sería provechoso que en Chile en época de elecciones algunos dibujantes y guionistas se tomasen el tiempo para desarrollar un comics sobre lo que será la próxima elección de presidentes. Un empresario versus los candidatos que se promulguen desde los otros frentes. Yo que soy un incipiente guionista trato de rescatar el comics de superhéroes desde su letargo. A mi lado cuento con un dibujante que puede dibujar lo que se proponga porque le sobra talento y paciencia. Creo que somos una buena dupla.
Muchos tratan de plasmar historias que se sientes ajenas a nuestra identidad.
Tenemos el tema del calentamiento global que nos engloba a todos por igual desde su origen, pero nos toca de manera distinta en cuanto a sus provechosos dividendos.
Podría seguir enumerando temas de los cuales se pueden crear historias y no necesariamente se debe solamente narrar historias con argumentos con nulo asidero.
Para quienes piensan que Superman, Capitán América y muchos otros personajes tienen tanto arrastre, déjenme decirles que muchos de estos nombres nacieron como respuesta a un acontecer mundial, la segunda guerra mundial, incluso al borde del chauvinismo panfletario.
Ambos personajes en cuestión están representados por los colores de la nación más poderosa del mundo y aunque hayan cambiado alguna que otra vez, siempre vuelven a sus colorcitos libertadores (rojo y azul preferentemente).
Quienes creen que no se puede lanzar un personaje con suficiente adhesión están siendo conformistas, por no decir mediocres. Ya que no basta con darles solamente caracterizaciones a nuestros personajes sino que hay que darles trasfondo y que se perciba que sus conflictos son tanto externos como internos. No importan que sean de los buenos o de los malos, pero si que sean honestos. Quizás así la gente tienda a identificarse con uno u otro. Me refiero tanto al modo de pensar como al modo de sentir de los personajes que aparecen en las viñetas.
Bueno, espero que estás líneas den espacio para comentarios. Sería entretenido saber en el futuro la tendencia política de superhéroes famosos que luchan por su país sin importar el personaje que está en el sillón presidencial. Me atrevo a asumir mi presunción de que el Capitán América pueda ser republicano, nadie que no sea fanático puede estar las 24 horas del día con la estrellitas pegadas en la frente, sin dejar de mencionar a una iniciativa como S.H.I.E.L.D.S que vigila las vidas de las personas desde el cielo y con una enorme base de datos. Superman también me parece más próximo a esta tendencia.
Por otro lado, y como no dejo de especular, me parece que flecha verde y batman, en su condición de filántropos solitarios, están más cercanos a los demócratas. Y en esta misma línea Spiderman también me parece más cercano a Obama que a McCain.
Me despido de ustedes lectores y espero que se entretengan con estos ficticios debates sobre la ideología política de los superhéroes. Quizás alguna vez podamos hacer un ejercicio así en Chile sin temor a quemarnos.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Historieta y Bicentenario:

Muchos hablan del bicentenario, que está ad portas del advenimiento para el año 2010. Y quería compartir una impresión sesgada en lo concerniente al movimiento historietista que se percibe en el ambiente. La historieta es un arte fascinante, que lamentablemente está subvalorado en nuestro país. Quizás, esto se deba a que siempre observamos hacia afuera de nuestras fronteras para compararnos con la elite mundial que se haya en medidas generales entre Estados Unidos y Europa como expositores máximos. Pienso, que es tedioso hacer este tipo de comparaciones, ya que si bien hasta cierto punto son positivas, no es menos cierto que estamos comparando realidades diametralmente opuestas. Esto lo sustento marcando la diferencia entre lo artesanal y lo profesional. A mí me encantaría que este arte brindará la posibilidad a muchos artistas del medio local (Entiéndase guionistas, dibujantes, coloristas, etc.) a dedicarse cabalmente a esta actividad, sin tener que “perder el tiempo” en otros asuntos en los cuales no se desarrollan de manera plena. Somos muchos los que disfrutamos de este arte, y que hacemos esfuerzos superlativos para publicar nuestras propuestas, quienes estamos llamados ha profesionalizar nuestro pasatiempo. Además mancomunadamente debiésemos enfocarnos en difundir este arte entre las demás personas, y que se percaten que hay innumerables historias que pueden estar al alcance de sus manos, las cuales son diversas en sus formas y fondos. Pero que al final buscan contar y divulgar sus ideas.
Es pos esas razones, que aprovechando la época cercana al bicentenario se debiese” meter ruido” a diversos entes gubernamentales y privados para conseguir fondos que permitan publicar. Es cosa de atreverse, sino fuese así, mejor sería irse para la casa a leer comics extranjeros que si bien son buenos, no son representativos de nuestra idiosincrasia.
Sencillamente debemos creernos el cuento de que somos capaces de crear trabajos de calidad que puedan permanecer en el mercado más allá de un par de números sueltos. Disculpen si me excedí, ya son las últimas líneas, y tan solo me queda desear buenas vibras, de parte de Mitomanocomics a todos quienes desde su imaginación son capaces de crear ilusiones.

viernes, 22 de agosto de 2008

Vivir con honor o morir con gloria

La diferencia máxima entre los personajes de comics super heroicos y los simples mortales como nosotros es el fin absoluto. Para uno el fin es la muerte, en cambio, para los personajes es una muerte, porque ellos pueden morir tantas veces como a uno se les ocurra revivirlos. Es increíble, pero en los últimos 15 años he leído la muerte de Superman, la del Linterna Verde Hal Jordan, la del mentor de los chicos “X” Charles Xavier y la del héroe americano por excelencia en cuanto a simbología como es el Capitán América. Si incluso matan dioses como Thor. Y no me sorprendería que el día de mañana otros tantos mueran. Pero quienes leemos historietas, sabemos que temprano o tarde regresarán. Incluso se hace con planetas, galaxias, universos y macrouniversos. A finales de los ochenta y comienzos de los noventa esto era una nueva forma de atraer al público que estaba hastiado de guiones idiotas. Recuerdo que la muerte de Superman fue un éxito de ventas porque finalmente había alguien que podía reventarlo. Uno se aburre de la estrategia de que el bueno de la trama venza al malo al fin de la historia, se quede con la chica y espere al siguiente bobalicón de la semana entrante. Es rutinario e irritante, porque a veces ni siquiera es necesario leer las últimas páginas ya que son predecibles. Reconozco que revivir un personaje en esa época podía ser llamativo pero sería bueno que pararan. Es como el cine que subsiste en gran parte haciendo remakes de films añejos. Y esto se debe en gran parte a la mínima capacidad de guionistas de crear historias atrayentes para el público. Cuando será el día en que maten un personaje de manera definitiva. Yo creo que nunca, y aunque escribo esta reseña como una queja, la verdad es que estoy seguro que algún día yo también beberé del agua que hoy dejo correr, porque más temprano que tarde hasta uno puede llegar a vencer a la efímera muerte tal cual como un personaje del mundillo de los comics.

jueves, 14 de agosto de 2008

Cúntur, el elegido de la cúpula.


El desarrollo no nos fue fácil. Partiendo porque la base de este personaje es que debe velar por los designios de una casta que posee un poder transversal a los poderes del estado, y que ha subsistido 200 años de tradición republicana. Y otros como él, y antes que él portaron la misma responsabilidad que por estos días él asume. Un hombre normal que ha sido entrenado desde pequeño en las más variadas artes del combate cuerpo a cuerpo, y así como también su mente es capaz de hilar y resolver los más escabrosos misterios que de tanto en tanto le rodean. Estas destrezas, tanto físicas como sicológicas les ayudan para sobrellevar en sus hombros los valores de una orden que es tan antigua como los valores de la misma república, y que nunca ha dejado de operar, independiente de las distintas posturas políticas que detentaran el poder.
Nadie conoce su identidad fuera de la orden y de quienes la profesan. Cúntur sabe que lo que sucede dentro del círculo de la logia no puede manifestarse fuera de ella. Él sabe que las noticias que salen en los medios de comunicación, siempre debe leerlas en entrelíneas para develar lo que realmente sucede a su alrededor.
El Cúntur es el protector de los designios de la logia, y debe vivir para ella, sin nunca dar la espalda a quienes lo eligieron, pero quien sabe, a veces se dice que las reglas deben seguirse al pie de la letra independiente de las consecuencias, sin embargo hay otros que dicen que las reglas algunas vez deben quebrantarse.

martes, 5 de agosto de 2008

Héroes olvidados por favor vuelvan.


Siempre se piensa que los héroes son solo quienes ostentan algún busto empinado en alguna plaza de renombre, y a quienes el registro histórico los ha salvado del lánguido y mordaz olvido. Pero cuantos héroes han quedado perdidos en el anonimato. Quizás, y con esto tan solo estoy especulando, hemos dejado bajo la alfombra a muchos y muchas que se rompieron el lomo para que hoy detentemos con liviandad nuestro orgullo de sabernos chilenos.
Hoy en día se manosea la frase de que “más que nombres se necesitan hombres” (la cito textual, y por eso no quiero que se malentienda, ya que no pretendo dejar de lado al género femenino), y es en referencia a esa frase que abogo porque el ciudadano común rescate desde el fondo del cruento olvido a todos quienes murieron en el frente de batalla dando la cara, y no solo dando órdenes desde sus cómodos pupitres.
Se dice que la historia la hacen los pueblos. El pueblo, no debe estar circunscrito a alguna ideología en particular. No obstante, es claro que el pueblo desde su origen y esencia ha perdido la capacidad de luchar por sus deberes y derechos. Se han perdido por el momento los cojones para luchar de cara a la rutinaria vida, de tener un punto de inflexión en nuestra mancomunada sociedad. Hemos dado pie a que se nos absorba como un todo, y eso que actualmente somos más personalistas que antaño. Ya nadie levanta banderas de lucha para hacer frente a los adversarios comunes. Nadie quiere asumir es tipo de rol, y muchos a quienes les llega simplemente lo despojan de sí mismos. En ese tipo de raciocinio existe algo de razón. Hoy son pocos los que se apasionan por ideales de manera correcta. Esto lo digo porque las luchas no se libran en un campo de batalla lanzando piedras sino que se deliberan en nuestra mente, porque siempre la sapiencia es el mejor aliado para resolver los problemas.
Más aún, pareciera que como no hay líderes con la impronta histórica de antes, cualquier persona es levantada de un día para otro como símbolo de nuestras des venturanzas, y de la misma manera los bajamos buscando a otro que sacie y refleje en parte nuestras carencias.
Que pensarían aquellos que dieron lo poco y todo lo que tenían para que hoy juguemos a la guerrita. Aquellos que salieron un día de su casa despidiéndose con un cálido beso de su esposa e hijos, con la promesa ilusoria de un pronto reencuentro. Hubo otros, que ni siquiera tuvieron la chance de despedirse porque quizás no tuvieron el tiempo necesario, o en el peor de los casos no tenían de que o quien despedirse.
Todos ellos merecen un reconocimiento por más tardío que fuera, aunque pienso que a todos esos héroes anónimos les daría lo mismo este tipo de protocolos que ensalzaran sus nombres con placitas y ornamentaciones, tan solo querrían que los paisanos actuales ofrendaran su esfuerzo y sacrificio con un más arraigado sentido de compromiso con su patria.
Héroes vuelvan.

martes, 8 de julio de 2008

Caudillos, toquis y caciques


En las tierras de Arauco se gestó uno de los pueblos más combativos y consecuentes de la historia. Hoy conocidos como mapuches y que se extendieron entre la quinta y la novena región subdivididas en grupos como lafkenches, williches, pehuenches y pikunches.
Vivían fraternalmente entre clanes, y sus costumbres se basaban en una estrecha relación con la tierra que los alimentaba, y les daba todo lo necesario para su desarrollo. Este panorama perduró durante mucho tiempo hasta que llegó el hombre blanco proveniente desde el “primer mundo”. Este pueblo tuvo que familiarizarse con la lucha, y si bien no era característica elemental de ellos, si sabían proceder cuando la situación lo ameritaba. Antes de los españoles fueron los incas con su vasto imperio quienes trataron de subyugarlos, pero su intenciones fueron diluidas ante un etnia que se armaba de valor ante situaciones límites.
Estos hombres son los primeros héroes de esta, hasta ese entonces, incipiente patria. Nombres de toquis y caciques como los de Caupolicán, Michimalongo o Michimalonco, Lautaro, Colocolo, Galvarino y muchos otros que unieron a los diferentes poblados de esa zona bajo una sola bandera, para enfrentar como un todo las injusticias del extranjero invasor.
Mucho tiempo ha pasado desde esos días, y estos nombres aparecen en los libros de historia mencionados con un dejo de reconocimiento. Quizás se deba, a que los libros de historia recopilados por hombres de esta etnia, están subvalorados y opacados por la historia oficial sectaria que nadie se atreve a cuestionarla.
En fin, estos nombres de toquis y caciques fueron caudillos de fe y esperanza para todo un pueblo que no se permitieron sucumbir y que nunca han renunciado a su libertad.